

La parroquia mondeña, tal y como la conocemos hoy, debe mucho a la reparación que en 1.605 emprendió el prestigioso arquitecto Díaz de Palacios, dejando constancia de los elementos mudéjares.
Se trata de una Iglesia de estructura tradicional, con empleo de arcos, cornisas, y elementos muy clásicos. La armadura de madera de la Iglesia, hoy oculta y probablemente hecha con le técnica de par y nudillo, supone la supervivencia de uno de los elementos mudéjares más característicos que dan personalidad a la arquitectura religiosa andaluza.
La Iglesia consta de tres naves, y junto al Altar Mayor figuran dos capillas laterales de planta cuadrada. Sobre la capilla de la izquierda se conserva una bóveda de ocho gajos, siguiendo tradiciones mudéjares. En conjunto, la sencillez original de la Iglesia de Santiago, así como las posteriores reformas que se han mostrado respetuosas con los elementos tradicionales, le otorgan hoy una particular estética en el corazón de la villa.

La Iglesia tiene tres naves separadas por arcos de medio punto doblados sobre pilares rectangulares, cubriéndose la nave central con bóveda en forma de artesa, que esconde la primitiva armadura, las naves laterales con techos rasos y bóvedas de arista y el presbítero con medio cañón. En ambos tesoros de las naves se añadieron a comienzos del s. XVIII, dos capillas destacando la de la nave de la Epístola que se cubre con bóveda de gajos sobre pechinas y decorada con profusión de yeserías.
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