El año 1974 fue crucial en la historia de la Hermandad Sacrametal y Penitencial de Monda, marcó un antes y un después.
En años anteriores había serias dificultades para poder sacar la procesiones, debido a que había ido reduciéndose el número de Hermanos de Horquilla.
Llegada la Semana Santa del mencionado, las calles de gran parte del itinerario se encontraban levantadas ya que el Ayuntamiento acometió las obras del nuevo saneamiento. Algunos tramos eran auténticos barrizales, ya que coincidió con un período de abundantes lluvias.
En una reunión de urgencia celebrada en la sacristía, la Junta Directiva que presidía D. Antonio Vera García acordó, dada las circunstancias, realizar un recorrido corto por el Barrio de la Paja y al llegar a la Plaza entrar en el Templo.
Motivados por dichas adversidades los tronos iban de Horquilleros como jamás se recordaba. Al llegar a la Plaza y, sorpresivamente por decisión tomada entre ellos, se acordó no variar el recorrido tradicional. Dieron ejemplo de recogimiento, de fervor, de dignidad. Era verdaderamente emotivo contemplar el esfuerzo de aquellos Horquilleros mondeños. Algunos incluso perdieron los zapatos en aquel lodazal. Todas las Imágenes fueron paseadas por las calles, sin que fuese suprimida procesión alguna.
No cabe duda de que aquel año fue un auténtico revulsivo, y a raíz de entonces el entusiasmo que llenó a los Horquilleros sigue vivo todavía.
By: H. S. y P. Monda
En años anteriores había serias dificultades para poder sacar la procesiones, debido a que había ido reduciéndose el número de Hermanos de Horquilla.
Llegada la Semana Santa del mencionado, las calles de gran parte del itinerario se encontraban levantadas ya que el Ayuntamiento acometió las obras del nuevo saneamiento. Algunos tramos eran auténticos barrizales, ya que coincidió con un período de abundantes lluvias.
En una reunión de urgencia celebrada en la sacristía, la Junta Directiva que presidía D. Antonio Vera García acordó, dada las circunstancias, realizar un recorrido corto por el Barrio de la Paja y al llegar a la Plaza entrar en el Templo.
Motivados por dichas adversidades los tronos iban de Horquilleros como jamás se recordaba. Al llegar a la Plaza y, sorpresivamente por decisión tomada entre ellos, se acordó no variar el recorrido tradicional. Dieron ejemplo de recogimiento, de fervor, de dignidad. Era verdaderamente emotivo contemplar el esfuerzo de aquellos Horquilleros mondeños. Algunos incluso perdieron los zapatos en aquel lodazal. Todas las Imágenes fueron paseadas por las calles, sin que fuese suprimida procesión alguna.
No cabe duda de que aquel año fue un auténtico revulsivo, y a raíz de entonces el entusiasmo que llenó a los Horquilleros sigue vivo todavía.
By: H. S. y P. Monda
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