Quizá la reliquia por antonomasia de
Fabricada en Nürnberg por el reputado constructor de instrumentos de cobre Michael Nagel en 1662, parece ser que la trajo un mondeño que participó en
Un trompetero iba por esquinal y plazas y anunciaba con su potente y lúgubre sonido el comienzo de los actos religiosos y salidas procesionales.
Sabemos que a tal trompetero se la gratificaba con cinco pesetas en el año 1924 y siguientes, cantidad que ascendió a diez pesetas en
Foto hay de D. Miguel Urbano Doña tocando este instrumento. Y es un orgullo poder citar de nuevo a la mondeñísima familia Morito Carrera como autora directa de la restauración de su banderola, usando hilo de oro que compró D. Francisco, quien solía decir (tal era el cariño que le profesaba este llorado Mayordomo) que antes habrían de hacerle daño a él que a la trompeta.
¿Y que decir de la carraca, o matraca, que por ambos vocablos era conocida?
Un diccionario de 1905 señala: “Carraca: Instrumento de madera que las iglesias católicas usan para llamar a los fieles en ciertos días de Semana Santa”. Y en otro leemos: “Matraca: Instrumento de madera que produce un ruido desagradable y sustituye a la campana en Semana Santa”.
Compuesta toda ella de madera: cuatro tablas formando un prisma, atravesado por una barra a la que va adherida una rueda dentada que va dando en una lengüeta, produciendo ese “ruido grande y desapacible”.
Muchos la recordamos, tocada por Agüera, o Marín, o Navarro, o Trujillo (cuando los chicuelos estábamos todos deseando ser monaguillos) para convocar a los mondeños a los Divinos Oficios del Viernes Santo.
¡Qué tiempos…!
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