La celebración de la Solemnidad del Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Esta fiesta se celebró por primera vez en 1246, en Lieja, por el obispo Roberto de Thourotte. El papa Urbano IV publicó la bula “Transiturus”, en la que después de ensalzar el Amor de Dios expresado en la Eucaristía, ordenó que se celebrara esta solemnidad el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.
La procesión por las calles con el Santísimo no aparecía como un aspecto de la celebración en ninguno de los decretos que se publicaron a este respecto, pero se hizo bastante común a partir del siglo XIV. Fue después del concilio Vaticano II cuando se le llamó Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Según el Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, “el pueblo cristiano da testimonio de fe y piedad religiosa ante el Santísimo Sacramento con las procesiones en que se lleva la Eucaristía por las calles con solemnidad y con cantos”.
Con este acto se proclama que Dios está presente en la Eucaristía y es el mejor alimento para nuestra vida. El Señor nos invita a que también nosotros salgamos a las calles a dar testimonio de la fe, y a salir al paso de las necesidades que existen en nuestra sociedad. Cáritas nos lo recuerda con la campaña “Las cosas importantes se hacen con corazón”.
La importancia de esta fiesta, está en que “la vida de toda parroquia, y de todo cristiano, ya sea seglar, religioso o sacerdote, está centrada en la Eucaristía, que es culmen de la vida cristiana y la fuente en la que nos abrevamos para la misión, el testimonio, la caridad... Es importante que todos participemos en esta fiesta porque es el mismo Señor quien nos espera. También es el día de la Caridad, de la que brotan la justicia, la paz y las vocaciones. La Eucaristía es vínculo de unidad, que nos une a toda la Iglesia diocesana.
No es una procesión más, sino “la procesión por antonomasia”, “porque la Eucaristía es la que da sentido a nuestra vida”. Se trata de un día para dar gracias a Dios públicamente por las calles de Monda, por haber participado activamente en la gran fiesta de los cristianos, la Eucaristía.
El patronazgo de San Roque sobre Monda posiblemente se remonte al año 1508, año en que nuestra villa, es cedida por la reina doña Juana al Duque de Escalona y Marqués de Villena. Teniendo en cuenta, que tanto Escalona, como Tolox, como Serón y otros pueblos que pertenecieron al Duque tienen como patrón a San Roque.
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